Los días 15 y 16 de junio se celebró la cuarta edición de Madrid Otaku. Si quieres saber que tal nos fue por allí, aquí tienes nuestra crónica de esta edición.
Una vez más el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo acogió otra edición de Madrid Otaku, la feria de manganime y cultura japonesa de la capital, y una vez más allí que estuvimos para contaros todo lo que paso.

En esta ocasión la planta ocupada fue la de abajo, mucha más grande que la superior y que deja más espacio para los stands y las actividades. Como siempre llegue pronto, un poco antes de la apertura de las taquillas y de la entrada, así que me pude dar una vueltecita casi solo para echar un vistazo por encima, pero por un error de la empresa que se ocupaba del montaje de los escenarios tardaron casi una hora en abrir para el público general.
Así que me quede sin poder ver ninguna charla ni concierto porque solo pude estar por el sábado por la mañana porque hasta la tarde no les dieron permiso para reabrir los escenarios, pero es una pena que por errores de terceros una organización sin ánimo de lucro como es la Asociación Cultural Nippon (organizadores de Madrid Otaku) sufra un golpe tan fuerte. Por lo menos el domingo la cosa fue más o menos normal.

Como el año pasado había zona dedicada a videojuegos con sus típicas máquinas de DDR y los juegos de lucha de siempre, y la zona dedica a juegos de mesa con nuestros incasables amigos de No Game Over que estuvieron a tope todo el fin de semana.
Lo que si eche de menos este año fueron más stand con manga y con videojuegos, puesto que la mayor parte de stands este año eran casi todo de merchandising variado. Aunque lo que me sorprendió fue la cantidad de stands y bien distribuida que estaba la zona denomina Creators Area, llena de ilustradores y artesanos con material de todo tipo, como pokeballs tan chulas como estas. Es una gozada pasear tan bien por los stands y poder ver todo bien.

En esta ocasión había un par de exposiciones, una con varias fotos de Akihabara y otra con pequeñas figuras tradiciones japonesas. Eran algo pequeñas, pero las dos estaban muy chulas.





En fin, aunque solo pude estar el sábado por la mañana por temas laborales, la sensación no fue amarga del todo. En general el evento sigue con el mismo espíritu que las anteriores ediciones, que fue lo que me conquisto frente a eventos más grandes y masificados, así que solo espero que el año que viene vuelvan más fuerte, más y mejor. ¡Ánimo Nippon!