Una vez más Blogtendo acudió a la cita anual de los videojuegos en la capital, la Madrid Gaming Experience. Este año solo pudimos asistir el sábado 28, por lo que en esta ocasión solo hablaré de lo que vimos por allí ese día. Y en esta ocasión a King y a mí se nos unió por primera vez nuestra compañera Athos. Empecemos la acción por el pabellón 10, dedicado a las consolas actuales y a los eSports.

Este año Nintendo si tuvo presencia en la feria, con un stand dedicado íntegramente a Switch. Destacaba la zona de Super Mario Odyssey, con varias consolas con la demo del juego y un photocall con figuras de Mario, Peach y Bowser vestidos de boda. Por cierto, Nintendo organizó un curioso concurso donde las 100 primeras personas en asistir vestidos de novia se llevaban un pack de amiibos (y la verdad es que vimos bastantes). También estaban presentes Splatoon 2, Super Mario Kart 8 Deluxe, The Legend of Zelda: Breath of the Wild, una parte deportiva con FIFA 18 y NBA 2k18, Arms, Fire Emblem Warriors, Pokkén Tournament DX y dos novedades jugables, Doom y The Elder Scrolls V: Skyrim. Con la cantidad de gente que había el sábado al final solo pude jugar al Doom, a FE Warriors y a una partida rápida de Splatoon 2.
Tras casi una hora de cola, pude poner las manos sobre el port para Nintendo Switch de Doom, que aunque no se ve del todo mal en cuanto al control y los fps (ya se han confirmado lo 30, pero se ven muy estables), tiene un aspecto como un poco borroso que desluce bastante el acabado final. Supongo que llevarlo al modo portátil, que es como lo probé, ha costado lo suyo y han tenido que reducir algunas cosas, pero espero que en la tele no se vea igual.
Por otro lado, Fire Emblem Warriors era todo lo que me esperaba en este nuevo musou, aunque se notan bajones en el modo para dos jugadores. La pena es que no hayan metido más personajes de juegos anteriores, pero si Fates y Awakening son tus favoritos no te decepcionará en absoluto. Gracias a Athos y a su Switch, durante la cola para jugar al Doom, pude jugar un rato al Super Mario Odyssey, y que decir que no se haya dicho ya. Lo resumiré en que tuve casi la misma sensación que cuando jugué al Super Mario 64 por primera vez, y eso es decir mucho.

El stand de Nintendo estaba bastante bien, pero se echaba en falta la presencia de la Nintendo 3DS o de la Snes-Mini, y que hubiera algún juego más disponible. Y ya de paso, alguna consola más con las demos de Doom y Skyrim, que solo tres por juego eran bastantes pocas y así se formaban unas colas enormes.
Al lado del stand de Nintendo se encontraba uno dedicado en exclusiva a Mario + Rabbids Kingdom Battle, presidido por la enorme estatua de Rabbid Kong, que contaba con un montón de puestos para jugar este crossover tan loco.
Sony por su parte se presentó en la feria con una fuerte presencia de la VR y del nuevo GT Sport, que ocupaban casi toda su zona. También trajeron los nuevos Playlink, juegos multijugador con los que interactuar con el Smartphone. Igualmente estaban presentes el nuevo Call of Duty WW2 y Wolfenstein 2, aunque las largas colas para probar el nuevo GT y mi mala relación con la realidad virtual me impidieron probar las novedades de Sony. Por cierto, bastante curiosa la zona de Playlink, dos containers grandes acristalados con sofás dentro. Me dieron ganas de hacer la cola con tal de sentarme un ratejo en los sofás.
El stand de Microsoft estaba dedicado a su próxima consola, la Xbox One X, con algunos juegos como Forza 7, Assassin’s Creed: Origins, PES 2018 y Super Luckys Tales. Por aquí tampoco paré mucho, principalmente porque todo lo había probado ya en un evento de la compañía la semana anterior. Super Luckys Tales me pareció un juego muy divertido, y el cambio que ha sufrido la saga AC con Origins me parece bastante acertado, aunque no me convence del todo los controles.
A destacar también Meridiem Games, quienes se ocupan de la distribución en España de los Syberia y Gear Club Unlimited para Nintendo Switch, juegos que pudimos probar en su stand. Gear Club es un curioso juego de coches, un mercado del que de momento está falto la consola, y que funciona muy bien a dobles con un Joy-Con cada uno.
Este año la zona eSport estaba justo en la entrada del pabellón 10, y contaba con dos pantallas gigantes bastante separadas para seguir los diferentes torneos que se sucedieron durante la feria y un stand dedicado a la ESL, que se dedica a organizar torneos de diversos juegos por todo el mundo. Los ordenaros tuvieron mucha más presencia que en la anterior edición, esta vez sobre todo con el juego del momento PlayerUnknown’s Battlegrounds, con varios stands con ordenadores disponibles para jugarlo, además de marcas como Lenovo o Corsair.
Por su parte, la zona indie era semejante a la del año pasado, con bastantes estudios pequeños presentando sus juegos. Por desgracia a la hora que fuimos algunos estaban ya vacíos o tan llenos que era casi imposible acercarse. Por cierto, este año Raiders of the Broken Planet, el juego de MercurySteam (creadores del reciente Metroid Samus Return), tuvo especial presencia. A destacar Flat Heroes, un juego minimalista de estilo semejante a Super Meat Boy en el que tendremos que aguantar sin morir, con un modo multijugador muy divertido y que llegará próximamente a Nintendo Switch.
Mencionar también la presencia de Avance, otra distribuidora española que nos traerá juegos como El Conde Lucanor, Binding of Isaac o Unbox entre otros. Allí estuve jugando un poco a Don’t Knock Twice, un juego de terror en primera persona que ya se encuentra disponible en la eShop.

En el resto del pabellón se repartían zonas varias de juegos como Tekken 7, Marvel vs Capcom, Injustice 2 o Proyect Cars 2 entre otros, además del ya conocido enorme stand de Game en el centro de todo. Entre ambos pabellones había algunas tiendas, a destacar la presencia una vez más de Videojuegos x Alimentos, una iniciativa solidaria en la que puedes entregar kilos de alimentos a cambio de juegos.
El otro pabellón del evento, el 8, estaba dedicado a lo retro, y a la parte de comics y manga.
En la zona retro destacaba la cantidad de recreativas, consolas antiguas y pinballs disponibles para jugar. Aunque el evento estaba lleno, en esta zona siempre solía haber hueco para una partidita rápida a alguna recreativa. De hecho nada más llegar le estuvimos dando un rato al Metal Slug. Por cierto, no os imagináis la cantidad de gente que había en las colas para jugar a los pinballs. Además también había una pequeña exposición de varias consolas de todas las épocas. Y hablando de exposiciones, la de Azpiri tenía un lugar destacado en la zona retro, lástima que estuviera un poco mal colocada y que no contara con algún trabajo más del recientemente fallecido dibujante. Por esta zona también había diversas tiendas de juegos y consolas antiguas, y de publicaciones de la materia, como los stands de las editoriales Héroes de Papel y Gamepress.

La zona manga-orama! y comic-orama! eran básicamente tiendas varias de manga, anime, comics y merchandising variado, además de la presencia una vez más de La Isla, zona dedicada a los dibujantes patrios. También se encontraba en esa zona la White Wolf Wrestling, la asociación de lucha libre madrileña, que ofreció un par de espectáculos el sábado. Igualmente había un pequeño escenario para varias charlas retro, que por falta de tiempo (y por olvidarme, todo sea dicho) me perdí. Ah, y allí también estaban nuestros amigos de No Game Over, con un pequeño stand para poder jugar a su gran juego de cartas.
Y bueno, tras todo este repaso de lo que vimos por la feria, vamos como siempre a lo mejor y a lo peor.
En contraposición del año pasado, en esta ocasión las tres grandes compañías contaban con un gran stand propio y con novedades jugables, aunque si se echaba de menos un mayor número de consolas disponibles. Por parte de Nintendo, sobre todo algún juego más para probar, y un poco de más control con las colas, porque nos tiramos casi una hora para probar el Doom y el Skyrim o en las consolas que no había tanto control, algunas personas se quedaban todo el rato jugando.
La zona de eSport me gustó más que en la anterior edición, y aunque no estuve como espectador, creo que centrarlo todo en una zona más grande está mejor. También se agradece que hubiera más hueco para caminar por la feria y más espacio entre los stands.
Respecto al número y variedad de stands, algo más contento que la edición pasada, pero en esta ocasión me ha parecido que había menos consolas disponibles y menos juegos presentes. Y una vez más, la zona retro se lleva la palma. Para mi gusto la mejor parte sin duda fue la totalidad del pabellón 8, con más tiendas que el año pasado y un montón de máquinas disponibles para jugar. Como curiosidad, en casi todas las colas había gente jugando a la Nintendo Switch o la 3DS. Es más, en la cola para jugar al Doom, unos cuantos estaban con la Switch jugando a Super Mario Odyssey y hablando entre ellos de cuantas lunas llevaban o como conseguir alguna más difícil de alcanzar.
Esta edición cierra con más de 104.000 visitantes, menos que el año anterior, pero hay que tener en cuenta que este año han sido tres días frente a los cinco de la anterior, por lo que en definitiva son buenas cifras.
En definitiva, salgo más contento que en la edición anterior, pero si espero que en la próxima tengamos más consolas disponibles para jugar y más novedades jugables. Lo que es seguro es que allí nos veremos el año que viene.